Este artículo forma parte de la serie Delay Analysis 101, que también está disponible como un newsletter de LinkedIn.
En un artículo reciente explicamos por qué los expertos en retrasos de construcción pueden discrepar sobre el camino crítico. Una de las principales razones de este desacuerdo era la elección de la perspectiva temporal: prospectiva, retrospectiva o contemporánea. También aprendimos que el retraso de cualquier actividad crítica está directamente relacionado con el retraso de la fecha de finalización del proyecto.
Pero, ¿cómo se mide el retraso? En este artículo analizaremos los dos métodos de medición del retraso ampliamente reconocidos por el sector.
The Delay Analysis 101 series
Este artículo es el primero de una serie de ensayos cuyo objetivo es presentar conceptos y técnicas clave de análisis de retrasos a personas no especializadas, como abogados, asesores internos, programadores, gestores de contratos o directores de proyectos.
El contenido de esta serie se mantiene a propósito en un nivel alto. El equipo de Orizo está trabajando actualmente en nuestra serie Cutting-Edge, que se dirigirá a un público más especializado abordando temas de análisis de retrasos con mayor profundidad. ¡Síganos para recibir notificaciones!
Retraso prospectivo – As-Planned
El retraso prospectivo, también denominado retraso as-planned, se refiere a una previsión. Medir el retraso previsto de una actividad o proyecto suele significar evaluar cuánto se espera que se retrase, según los conocimientos actuales.
El retraso as-planned es hipotético; comunica una expectativa subjetiva, que puede variar en función de la elección de un conjunto de supuestos. En la práctica, los retrasos as-planned rara vez son correctos, por la sencilla razón de que nadie puede predecir con exactitud el futuro, sobre todo cuando se evalúan sistemas complejos como infraestructuras o proyectos energéticos.
Aunque hipotético, este tipo de retraso puede resultar muy útil. Cuando se negocia entre las partes justo después del desencadenamiento de un acontecimiento inesperado, el retraso según lo previsto proporciona visibilidad, permite tomar decisiones y llegar a acuerdos entre las partes interesadas en el proyecto para poder adoptar medidas paliativas a la primera oportunidad.
Ejemplo teórico – Una actividad debe finalizar contractualmente el 17 de marzo. A 15 de marzo, se prevé que finalice el 22 de marzo. El retraso previsto es de 5 días, como se ilustra en la siguiente figura.
Ejemplo práctico – Un proyecto se ve afectado por daños físicos causados por una tormenta excepcionalmente fuerte. En este escenario, evaluar los retrasos previstos (as-planned) que probablemente se producirán como consecuencia de la necesidad de acometer reparaciones, presenta una clara ventaja: (i) el contratista puede tomar decisiones estratégicas como priorizar o reordenar partes de las obras, y (ii) el empresario puede conceder una prórroga razonable o quizás activar las bases para un plan de aceleración. Los retrasos prospectivos permiten a las partes colaborar eficazmente y tratar de minimizar el impacto de la tormenta.
El retraso prospectivo es una de las herramientas de gestión de proyectos más importantes. Permite evaluar proactivamente el impacto de los retrasos y reaccionar en consecuencia, en lugar de sufrir inactivamente sus efectos reales antes de adoptar medidas concretas.
Retraso retrospectivo – As-Built
El retraso retrospectivo, también conocido como retraso as-built, se refiere a un hecho tangible. Medir el retraso as-built de una actividad o proyecto suele significar establecer cómo se ha llevado a cabo en comparación con el plan original. A menudo, este plan es el calendario contractual, también conocido como programa linea base: el retraso as-built es entonces una evaluación de los retrasos contractuales reales.
El retraso as-built es factual; cuantifica una desviación con total objetividad. Una vez finalizada una actividad, su retraso as-built no cambia.
Medir las desviaciones permite afinar las previsiones del proyecto, que es la base de la actualización del camino crítico contemporáneo y, por tanto, de la gestión eficaz de un proyecto. También permite evaluar el impacto real de un retraso.
Ejemplo teórico – A 15 de marzo, una actividad ha alcanzado el 50% del progreso real. Por contrato, debía haber alcanzado el 50% el 3 de marzo. El retraso as-built es de 12 días, como se ilustra en la siguiente figura. Obsérvese la diferencia con respecto a los 5 días de retraso según lo previsto medidos anteriormente: esto se debe a que el calendario prevé que los retrasos se recuperarán en el futuro, pero ¿ocurrirá esto con seguridad?
Ejemplo práctico – Volviendo a la tormenta excepcionalmente fuerte mencionada anteriormente, evaluar el retraso as built significa determinar el impacto real de la tormenta, que sólo puede calcularse a posteriori. Si la sección de las obras dañadas tenía un retraso as-built de 52 días justo antes de la tormenta y un retraso as-built de 73 días una vez finalizadas las reparaciones, se puede concluir que la tormenta causó 73 – 52 = 21 días de retraso as-built. Por supuesto, esto supone que ningún otro acontecimiento retrasó las obras durante el periodo de reparaciones.
Una vez medido el impacto real de un suceso, es posible que se quiera cuantificar el daño relacionado con este suceso, por ejemplo calculando el retraso as-built con los gastos generales diarios medios durante el periodo (instalaciones del emplazamiento, personal de gestión, etc.).
El retraso retrospectivo está en el centro de la cuantificación de los daños. Permite relacionar las pérdidas económicas reales con los hechos que las causaron activamente.
En un artículo posterior, veremos cómo se integran estas medidas de retardo con varios tipos de rutas críticas.